Algunos prefieren escribir yupicín o llupicín, pero la forma yupisín parece más usual. Este vocablo regional es de origen incierto, muy probablemente tallán. Seguro estaba relacionado con el yupito que se hacía en el despoblado de Olmos.
Por Carlos Arrizabalaga. 13 junio, 2022. Publicado en Correo, el 12 de junio de 2022.La vida en la costa, aunque no nos damos cuenta, está muy vinculada a los árboles. Son autóctonos los faiques, los ceibos, los ciruelos silvestres, los zapotes y por supuesto, los algarrobos o guarangos (nombre quechua), como se les llama más en el centro y sur.
Al hablar de la mazamorra y de la algarrobina ya nos hemos referido al yupisín: «especie de engrudo de la vaina muy jugoso», señalaba José Ignacio de Lecuanda (1793), hecho de la hervida de algarrobas y espesado con harina de maíz y azúcar. Algunos prefieren escribir yupicín o llupicín, pero la forma yupisín parece más usual. Este vocablo regional es de origen incierto, muy probablemente tallán. Seguro estaba relacionado con el yupito que se hacía en el despoblado de Olmos, según registra Enrique Brüning. Ahí se espesaba con harina de arroz. Yupita era el nombre de una hacienda en el Bajo Piura, topónimo probablemente relacionado.
El algarrobo tiene nombre árabe, aunque es tan diferente del que se da en el sur y centro de España y Portugal. De la madera se hacía carbón y de sus ramas, horcones, ramadas, tabancos y barbacoas. También, se aprovechaba la corteza del algarrobo norteño, como señala fray Diego de Ocaña (1599), para teñir de marrón, especialmente los hábitos franciscanos. La orchilla, suelda con suelda, o suelda, es una planta parásita que lo seca. Es carnosa, verde claro, crece hacia abajo. Igual pega en árboles introducidos como el ficus o el almendro. Don Jorge, que cuida muy bien el parque de Santa Isabel, dice que es buena para los huesos. Antes sacaban también pegamento y tinta negra.
El yupisín era un alimento cotidiano y muy nutritivo. Castro Pozo (1940) describe los peones de las haciendas, con sus alforjas y lampas sobre el hombro: “Tornan del trabajo medio desnudos y van hacia sus chozas, en busca del yupisín caliente y del reposo.”
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